
La Risonanza
Fabio Bonizzoni Clave y dirección
ANTONIO VIVALDI (1678-1741)
Las cuatro estaciones
La primavera opus 8, RV269 en mi mayor
Allegro
Largo e pianissimo sempre
Allegro
El verano opus 8, RV315 en sol menor
Allegro non molto
Adagio
Presto
El otoño opus 8, RV293 en fa mayor
Allegro
Adagio
Allegro
El invierno opus 8, RV297 en fa menor
Allegro non molto
Largo
Allegro
Como uno de los compositores más famosos del periodo barroco, Antonio Vivaldi cosecha tanto elogios como prejuicios. Para algunos se encuentra entre los más grandes, si no el más grande, por la inmediatez y la frescura de su música. Para otros, sin embargo, precisamente estas características lo hacen superficial, predecible y repetitivo. ¿Podemos saltarnos las etiquetas y prescindir de los juicios? Observemos, en cambio, hasta qué punto fue un innovador y una persona que experimentó, no sólo para el violín, que era su instrumento por excelencia, sino que también fue un precursor de la idea de la música descriptiva. Las Cuatro Estaciones son, en este sentido, un ejemplo de primer orden. Nadie antes de él se había acercado a una escritura tan inventiva. Ninguno había intentado representar tan literalmente los vientos, las tormentas, los perros, los pájaros, los insectos, los hombres que duermen, se congelan o resbalan…
Las Cuatro Estaciones son, con diferencia, las composiciones más conocidas de Vivaldi, y se cuentan entre las páginas más populares de la música clásica de todos los tiempos: como oyentes, mantengamos nuestra conciencia y atención muy altas. No nos limitemos a decirnos «¡oh, sí, qué bonita es esta melodía, la conozco y me encanta!». ¡Apreciemos realmente lo visionario que ha sido al componer estos 4 conciertos!