Emociones
La emoción es, en esencia, un fogonazo. Pero en ocasiones el destello que origina nos conduce a una fascinación de huella profunda.
Sucede con la música que a menudo la buscamos para canalizar nuestra afectividad, aunque también hay veces en que es ella quien nos sale al encuentro, regalándonos el milagro de la catarsis.
Desde el principio de los tiempos y en toda latitud se ha concedido a la música la capacidad dual de expresar las emociones de quien la compone y de provocarlas en quien la escucha. La impresión que la música produce es personal e intransferible y está mediatizada por la significación que cada cual le atribuimos y el momento preciso en que nos acompaña.
A su vez, quienes la escriben han hecho evolucionar las técnicas de composición y los recursos musicales, usando su creatividad para agitar nuestro espíritu, alentándolo. Decía Unamuno que “la mejor inspiración es respiración del alma” y es también alimento para un catálogo que, a lo largo del tiempo y a lo ancho del espacio, ha llegado a ser tan variado como atractivo, tan emotivo como abundante.
En esta edición de Musika-Música hay programadas composiciones de todo género y estilo. Oiremos obras conocidas que en nuestra biografía sonora son guardianas de recuerdos sentimentales, ecos de exaltaciones pasadas que el sonido remueve en nuestra memoria. Y además descubriremos piezas que desatarán nuevas pasiones. La propuesta es rica y heterogénea y nos invita a sumergirnos en esa genuina y extraordinaria simbiosis entre los estados anímicos y el resultado glorioso de la imaginación musical. En el apacible retiro de la escucha en soledad o en grata compañía, emociónense con la música y disfruten del Festival.
